Por IASE México – Asociación Internacional para la Economía Sostenible
En la nueva economía sostenible, donde los criterios ASG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza) marcan el rumbo de las empresas responsables, hay un tema que ha cobrado especial relevancia: la salud mental como indicador clave de rendimiento empresarial.
Durante años, las organizaciones han medido su éxito a través de métricas tradicionales como ventas, eficiencia operativa o interacción digital. Sin embargo, cada vez es más claro que lo que no se mide no se puede gestionar. Y cuando se trata de salud mental, las consecuencias de no hacerlo son graves: rotación de personal, bajo compromiso, errores constantes, ausentismo y, en muchos casos, lo que hoy conocemos como quiet quitting —el fenómeno donde las personas dejan de esforzarse mucho antes de renunciar.
La mayoría de las veces, estos síntomas se interpretan como una “mala actitud”, sin reconocer que responden a entornos laborales despersonalizados, hiperproductivos y desconectados de las necesidades humanas más básicas. En otras palabras: la cultura organizacional está enferma, y no lo estamos midiendo.
El pilar olvidado del ASG
De los tres pilares de los criterios ASG, el componente social sigue siendo el menos comprendido e integrado. Mientras que lo ambiental y lo financiero tienen marcos claros, muchas empresas aún no saben cómo traducir en métricas los aspectos sociales que más impactan a sus equipos: la salud mental, el bienestar emocional, la equidad o la inclusión.
Medir la salud mental no es un gesto simbólico. Es una decisión estratégica. Las empresas que lo hacen pueden rediseñar procesos, corregir liderazgos tóxicos, y crear entornos laborales sostenibles. Y al hacerlo, no solo mejoran la vida de su gente: también aseguran la viabilidad de su modelo de negocio en el largo plazo.
¿Cómo empezar?
El primer paso es reconocer que la salud mental debe convertirse en un indicador clave del desempeño del negocio. Ya no basta con conferencias motivacionales o encuestas de clima laboral. Se necesita una medición sistemática, continua y con impacto en la toma de decisiones.
Existen hoy herramientas y marcos que permiten a las organizaciones alinear sus métricas de bienestar con los objetivos de sostenibilidad y cumplimiento ASG. En IASE México, promovemos que todas las empresas—sin importar su tamaño o sector—formen y certifiquen a su personal en sostenibilidad con enfoque integral, para que puedan comprender, aplicar y medir estos temas desde adentro.
Cuidar la mente, cuidar el negocio
La salud mental es un tema ético, pero también es profundamente estratégico. En un mundo donde la competitividad se define por el talento, la cultura y la reputación, las organizaciones que integran el criterio social de los ASG están no solo adelantadas, sino preparadas para crecer con propósito.
Porque cuidar a las personas no es solo una responsabilidad… es una ventaja competitiva.